En esta época especialmente nos hemos dado cuenta de la importancia de mantener un estilo de vida saludable, de mantener nuestras defensas altas. Unos hábitos de vida saludable nos ayudarán durante toda nuestra vida a mejorar nuestro estado, no sólo físico, sino también emocional y psíquico.
Se trata de incorporar a nuestro día a día pequeños hábitos que nos mantendrán más sanos y con mayor energía, independientemente de la edad que tengamos. Hoy os proponemos 10 hábitos para mantener un estado saludable:
- Alimentación variada y equilibrada. Parece una obviedad, ¿verdad? Pero si nos
fijamos en lo que comemos y planificamos nuestros menús semanales,
tendremos más clara nuestra alimentación y caeremos menos en las
“tentaciones”. Incorporar fruta y verdura a diario es fundamental, así como
pequeñas cantidades de frutos secos. Un nutricionista te dará las claves para tu
dieta ideal. - Ejercicio moderado. Hacer ejercicio no significa lanzarse a correr, sobre todo
cuando no se ha hecho nunca y no se ha valorado por un especialista en
medicina deportiva, o un fisioterapeuta.
Hacer ejercicio es incorporar el ejercicio de forma constante en la vida:
caminar, nadar, salir con la bici…todo menos quedarse sentado. Hay que tener
en cuenta que un estilo de vida sedentario hace a las personas más propensas a
sufrir diferentes tipos de enfermedades: coronarias, obesidad, etc. - Hidratación adecuada, beber agua. El agua es el componente mayor de nuestro
cuerpo y representa aproximadamente el 60% del peso corporal.
Está más que demostrada la importancia de una adecuada hidratación para
mantener las funciones corporales en estado óptimo: cerebro, piel, intestino,
riñones…Ya sabemos que en invierno tenemos menos sed, porque por lo
general se transpira menos, pero es igual de importante estar bien hidratado.
¿Cuál es la cantidad de agua diaria recomendada? Según la Comisión Europea
de Seguridad Alimentaria (EFSA), el consumo recomendado de líquidos a partir
de los 14 años debería ser de 2,5 litros al día para los hombres y de 2 litros en el
caso de las mujeres. - Dormir un mínimo de 6 horas. Durante el sueño nuestro cuerpo se repara y
nuestra mente desconecta de las preocupaciones diarias y de las rutinas.
Dormir bien es fundamental para mantenernos sanos, por eso hay que procurar
alejar de la zona de descanso el ordenador, móviles, etc.
Crear un ambiente relajado y prepararnos para dormir con pensamientos
positivos mejorará la calidad de nuestro sueño. De 6 a 8 horas es la cantidad
normal que una persona adulta necesita para descansar adecuadamente. - Reducir el consumo de azúcar y carbohidratos refinados. Este es un paso que
en pocas semanas se nota especialmente. El cuerpo se llena de energía cuando
se dejan de lado los dulces y los productos refinados. El mejor consejo: hacer la
prueba. - Vida social activa. Una charla con un amigo o amiga en muchas ocasiones es la
mejor medicina que existe. Mantener una vida social activa hace a las personas
más felices. - Sonreír. La sonrisa tiene efectos físicos en nuestro cuerpo. La propiocepción es un
sistema de comunicación de doble sentido entre el cerebro y el cuerpo. Cuando algo
nos pone contentos el cerebro le da la orden a los músculos de la cara para que
sonrían.
Pero lo que no muchos saben es que también existe la vía de comunicación
contraria: si una persona sonríe, aunque sea sin motivo, el cerebro también
recibe esa información de los músculos y entiende que la persona está
sonriendo porque está contenta, así que para ser congruente su estado
emocional empieza a cambiar hacia el optimismo. Esta es una forma de sentirse
más alegre. - Mantener una actitud positiva. La actitud en la vida lo es todo. Según sea la
actitud que mantenemos así nos tomamos las situaciones de nuestro día a día.
Siempre podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío, las cosas pasan y de
nosotros depende que nos afecten de un modo u otro. Para mantener una
salud óptima debemos mantener una actitud positiva. - Eliminar el estrés de la vida. Aliviar el estrés y la ansiedad de nuestro día a día
es fundamental para mantener un estilo de vida saludable. Los hábitos que
hemos mencionado nos ayudarán a ello, pero si pese a ello nuestro estrés o
ansiedad no nos deja descansar, lo mejor es acudir a un especialista. Nuestra
mente necesita cuidados y ponernos en manos de un profesional de la
psicología puede ayudarnos a manejar las situaciones más tensas que se
producen en nuestra vida. - Practicar sexo con regularidad. Mantener una vida sexual saludable reduce el
estrés, mejora el sistema circulatorio, quema calorías, potencia el sistema
inmune, fortalece el corazón y regula la presión arterial. Estos son sólo unos
cuantos de los múltiples beneficios.
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