A medida que los españoles empezamos a disfrutar de un clima más cálido y de la reapertura de los comercios, bares y restaurantes, se produce una ligera elevación de nuestro espíritu colectivo. ¡Ya ha pasado lo peor!
Sin embargo, acorde a los expertos, puede que antes de despedirnos del COVID-19 de una vez por todas tengamos que soportar al menos otra “ola”, como han predicho algunos expertos en salud pública.
“En mi mente, es inevitable que tengamos un retorno del virus… cuando lo haga, la forma en que lo manejemos determinará nuestro destino”, dijo el 30 de abril el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EEUU.
Los expertos europeos han hecho pronósticos similares
Lothar Wieler, el presidente del Instituto Robert Koch de Alemania, dijo el 5 de mayo que “el virus seguirá siendo una amenaza hasta que entre el 60% y el 70% de la población haya sido infectada”, según el periódico Times de Londres.
“Por lo tanto, sabemos con gran certeza que habrá una segunda ola”, dijo. “La mayoría de los científicos están seguros de esto. E incluso también una tercera ola.”
Aunque no hay forma de saber con seguridad si vendrá o cuando vendrá otra ola, es importante estar preparado. Para ello, los expertos dicen que hay que ser diligente con prácticas como el lavado de manos y el distanciamiento físico, y manejar las expectativas sobre cuándo la vida se asentará en una nueva normalidad.
Si viene o no una nueva ola, y cuán severa será la próxima ola, está fuera del alcance de los expertos por el momento
“La clave para estar preparados está en la continuación de las pruebas”, dijo a Business Insider el Dr. Anthony Barile, director médico de enfermedades infecciosas de Health First. “Esto nos permitirá saber exactamente cuántas personas tienen COVID-19 o han sido expuestas a él, lo que nos permitirá prepararnos proactiva y adecuadamente para el futuro”.
También depende de cuándo se desarrolle una vacuna efectiva y ampliamente accesible.
Sólo el tiempo dirá también si el nuevo coronavirus se comportará como la gripe, que alcanza su punto máximo en invierno y vuelve cada año, o si reflejará lo que ocurrió con la pandemia de H1N1, que golpeó en primavera y volvió en otoño e invierno.
Pero hay mucho que los que no somos científicos podemos hacer para reducir la probabilidad de que se produzcan más olas graves en el futuro. Se trata de las mismas prácticas que los funcionarios de salud pública han estado aconsejando durante esta primera ola: lavarse las manos con frecuencia y a fondo, practicar el distanciamiento físico, usar una mascarilla en público y quedarse en casa si se está enfermo.
“La clave es continuar siguiendo las normas establecidas por los expertos en Sanidad para protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos”, dijo Barile, añadiendo que las posibles olas podrían tener un aspecto diferente en diferentes partes del país, dependiendo de la densidad.
Los nuevos test ELISA ofrecen un 100% de fiabilidad marcarán la diferencia
Uno de los principales problemas que ha planteado el seguimiento del COVID-19 durante la primera ola ha sido la poca fiabilidad de los test rápidos que se han manejado hasta la fecha.
Sin embargo, los nuevos avances tecnológicos y científicos alcanzados durante la primera ola han permitido a los expertos crear un nuevo tipo de test que sí ofrece una fiabilidad cercana al 100%.
Los nuevos test ELISA predicen con una fiabilidad casi total la existencia del coronavirus en el cuerpo humano, una innovación capaz de llegar a todo tipo de hogares gracias a su reducido precio en comparación a los anteriores test de COVID-19.
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