Las diferentes pruebas de detección de COVID-19 están a la orden del día, y aún así pueden generar cierta confusión entre los pacientes que no están acostumbrados a los términos médicos. ¡Pero no os preocupéis! En este artículo vamos a intentar simplificar las diferencias entre los diferentes tests y explicar cuándo y por qué realizarse una u otra.


PRUEBA PCR

La PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), es una prueba de diagnóstico que permite detectar un fragmento del material genético del virus, que en el caso del coronavirus es una molécula de ARN. La muestra para analizar se obtiene de las fosas nasales o de la garganta.

Actualmente es la prueba más fiable, y es capaz de identificar tanto a personas sintomáticas como asintomáticas. El resultado tarda unas 24 horas aproximadamente, ya que es necesario llevar las muestras al laboratorio.

Se recomienda su realización cuando existan síntomas compatibles con el COVID-19, se haya estado en contacto con un caso positivo o en caso de viaje o asistencia a cualquier evento que así lo exija.

TEST DE ANTÍGENOS

Los tests de antígenos detectan las proteínas del virus mientras la infección está teniendo lugar. Se realizan a través de una muestra nasal o de saliva y su principal ventaja es que ofrecen el resultado en 15 minutos. Su eficacia es mayor en el momento de más carga viral, es decir, con el inicio de los síntomas y cuando la enfermedad es más contagiosa, aunque todavía no alcanzan la eficacia de las PCR.

Se recomienda su realización como test de cribado para saber si una persona está contagiada al existir síntomas compatibles con el COVID-19 o en caso de contacto con un caso positivo.

TEST ELISA DE CRIBADO

Esta prueba es diferente a las dos anteriores, ya que detecta si una persona ha estado infectada por el virus y ha desarrollado anticuerpos o defensas. La muestra se obtiene a través de la extracción de sangre de la vena, y es analizada posteriormente en el laboratorio para detectar la presencia o no de anticuerpos y el volumen producido.

Los resultados de este tipo de pruebas tardan entre 24 y 48 horas. Y son interesantes para saber el nivel de inmunización aproximado a través del volumen de anticuerpos que el sistema haya generado.

Se utilizan principalmente para identificar si una persona ha estado en contacto con el virus y para realizar el seguimiento de una persona contagiada.


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